La Fundación Niña María nace a partir de un sueño el “Poder realizarse como seres humanos, en la entrega al servicio de la niñez desprotegida”. Lo inician sus miembros fundadores MARLEN GÓMEZ, JIMMY TALERO y GUSTAVO BRICEÑO SARMIENTO, con el fin de aportar sus servicios a la niñez desamparada. El nombre de Niña María nace en honor a la Santísima Virgen María en su infancia, así mismo cada una de las hijas de los fundadores, fueron ofrecidas a ella.

 

Su creación oficial es el 3 de marzo de 1999, mediante Acta de Constitución y el aporte de los socios Fundadores. En el mes de febrero de 2000, se abren las puertas a 63 niñas, niños y jóvenes, gracias a un contrato de aportes con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y 8 millones de pesos prestados por amiga de la obra.  La Fundación funcionó en la sede de propiedad de la Fundación San Mauricio, ubicada en la vereda Fonquetá de Chía, por espacio de cinco meses. Luego la Niña María se traslada a la vereda de Parcelas en Cota (Cundinamarca), donde se continúa estructurando y fortaleciendo.

 

Con el fin de no separar hermanitos entre sí, la Fundación Niña María fue pionera en la creación de la modalidad Protección Internado, Grupo de Hermanos, situación que sucedía en el país y atentaba contra la garantía de los derechos de los niños a no ser separados de su familia.

 

Al iniciar el 2002 se crea el voluntariado y la institución pone en marcha un proceso de reingeniería, teniendo en cuenta el proyecto de Estándares de Calidad, el apoyo de la Fundación Antonio Restrepo Barco la vinculación a la Red de Instituciones Protección a la Infancia, bajo la supervisión del ICBF y un grupo de asesores de la Institución encabezado por el señor Jairo Herrera. En el mes de junio la institución se traslada a la antigua sede del municipio de Chía, gracias a la consecución de $19.000.000 millones de pesos por parte del voluntariado, los cuales fueron invertidos en la reestructuración de la sede de San Mauricio.

 

En el año 2004 se da la vinculación en la Junta Directiva de la Fundación Niña María, del Club de Leones Bogotá Señorial y de la comunidad Católica María Madre de la Unidad.  Así mismo se han sumado entidades y personas naturales como Fernando Arciniegas Y Manos del Sur, Spence Spin, Kidsave, el gran apoyo y aliento del Club Canadá y Fundación Éxito.

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En el mes de abril del año 2006, se inicia el proceso para la compra de un lote de 7.292 metros cuadrados,  en la vereda Cerca de Piedra, con el apoyo de la familia Ramírez, con eventos como Cena con un propósito, patrocinado   por  el señor Hernando Correa, con el apoyo del Banco de Colombia  y un grupo de personas que se unieron a la campaña de compre un metro cuadrado de tierra para un niño de la Fundación, el 17 de diciembre de 2007 se firmaron las escrituras del lote por un valor de $210.000.000 millones de pesos.

En este mismo año y cumpliendo otro de los sueños de los Fundadores, se abre el programa San José, dedicado a atender 30 niños y niñas con discapacidad mental psicosocial, lo que permite servir a una población con grandes necesidades en el campo clínico, técnico y humano. Hoy se atienden 175 niños, niñas y jóvenes.

 

El costo del terreno ascendía a $1.700.000 millones de pesos, lo que no estaba dentro de las posibilidades. La cuidandera del predio comento que su jefe era Mauricio Jiménez, un amigo y compañero de universidad, quien mostro gran interés en apoyar el objeto social de la obra, empezamos un proceso de negociación en el cual teníamos dos intermediarios muy importantes la Virgen María y San Escriba de Balaguer a quien se mantenía colgado a un ladito del cuadro del Sagrado Corazón de Jesús. Es así que el 30 de diciembre de 2009 se firmó las escrituras del predio por un valor de $1.400.000 millones y la Universidad de la Sabana recibió el lote de Chía, en permuta por un valor de $860.000.000 y el valor restante financiado sin intereses. Si esto no es un milagro que lo es, lo es la sonrisa de un niño, la rehabilitación de una niña que aprende a caminar o… a confiar, tú eres un milagro hoy.

 

En el 2012 la fundación decide especializarse dentro del servicio de internado de discapacidad mental psicosocial, cerrando el programa grupo de hermanos de la sede de Chía con el cual nació la fundación trasladando para esa sede un grupo de NNJ del programa de trastorno mental creando un modelo experimental de casa de egreso y generar procesos de inclusión y participación social más amplio para su desarrollo.

 

Actualmente, la Fundación ha desarrollado un modelo de atención, para la población con Discapacidad Mental Psicosocial, el cual ha dado frutos, representados en estabilidad comportamental de la población atendida, la mejora en la calidad de vida y en su inclusión en las actividades de participación institucionales y en la comunidad.

 

Administrativamente la Fundación cuenta con la certificación de la Norma NCT 001 dada por ICONTEC. Se está cumpliendo con la normatividad de llevar la contabilidad con las directrices de las NIIF.